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Edwin Cottrell

Edwin CottrellThe Veterans History Museum of the Carolinas

Picotazos de historia

El piloto estadounidense que fue salvado por dos cazas alemanes en plena Segunda Guerra Mundial

En el año 2010, durante una de las reuniones de veteranos, Edwin contó por primera vez su experiencia con los dos pilotos alemanes, aquel lejano día de invierno durante la contraofensiva de las Ardenas

Hace tiempo escribí para ustedes un artículo en relación con el llamado incidente Brown. El protagonista, el piloto de bombarderos Charlie Brown, relató que, estando al mando de un bombardero B-17, su aparato recibió un muy severo castigo en el transcurso de una misión. El avión no podía defenderse, la mayor parte de la tripulación estaba herida y era un milagro que pudiera funcionar un motor.

En esas circunstancias, el piloto de un Messerschmitt 109 eligió escoltar al enemigo hasta el canal de la Mancha en vez de darle el golpe de gracia. Al final de su vida, Charlie Brown contó la historia de cómo un alemán les perdonó la vida y tuvo la enorme fortuna de reencontrarse con aquel piloto: se llamaba Franz Stigler y vivía en Canadá.

Charlie Brown (izq.) y Franz Stigler (dcha.)

Charlie Brown (izq.) y Franz Stigler (dcha.)

Ahora me gustaría hablarles de un joven de Oklahoma llamado Edwin Cottrell. Tras el ataque a Pearl Harbor, y después de varios intentos infructuosos, consiguió que lo aceptaran en una caja de reclutamiento de las Fuerzas Aéreas gracias a que tenía carné de piloto.

Participó en las diferentes fases del entrenamiento y superó todas las pruebas. Fue ascendido a subteniente, circunstancia que aprovechó para casarse con su novia del instituto. Tenía veintidós años y era abril de 1944. Ese verano fue asignado como piloto de un caza bombardero táctico P-47 Thunderbolt, y lo destinaron al 493.º Escuadrón del 48.º Grupo de Cazas de la Novena Fuerza Aérea, con base en el pequeño aeropuerto a las afueras de la ciudad de Cambrai (Francia). Allí, el joven piloto Cottrell iniciaría su campaña militar, que se completaría tras realizar sesenta y cinco misiones de combate a los mandos de su P-47.

El 17 de diciembre de 1944, un día después del inicio del ataque alemán en las Ardenas, el escuadrón de Cottrell volaba en dirección a la ciudad de Bastogne, donde se había informado de la presencia de tanques pesados alemanes. Localizados los objetivos, el comandante del escuadrón dio la orden de ataque.

Cuando se estaba recuperando del picado y ganando altura, observó que, al avión que le precedía —el de su comandante—, se le aproximaba a toda velocidad un caza enemigo por una de sus alas. De repente, el piloto enemigo alteró ligeramente la trayectoria y disparó.

Cottrell sintió una gran explosión que sacudió su avión cuando un proyectil de cañón de 20 milímetros impactó en la parte frontal de su P-47. El motor empezó a ralentizarse y una fuga de aceite empañó el plexiglás de la carlinga, dejándolo ciego. Alzó el morro del avión y, volando a ciegas, se ayudó del ascenso para abrir la carlinga y así poder tener algo de visión. Mientras hacía todo esto, informaba por radio a su jefe de escuadrón de lo sucedido.

Republic P-47N Thunderbolt, el Thunderbolt voló en su primera misión de combate: un barrido sobre Europa Occidental

Republic P-47N Thunderbolt, el Thunderbolt voló en su primera misión de combate: un barrido sobre Europa Occidental

Cottrell abandonó el combate con un renqueante motor que apenas alcanzaba los 190 km/h y que «tosía más que un tuberculoso». El motor hizo un par de falsas explosiones y estuvo a punto de fallar. Tan concentrado estaba el piloto estadounidense en evitar que su motor colapsara que, cuando alzó la vista del panel de control, se puso verde. Les dejo con sus propias palabras:

«Miré a mi derecha y vi un 'Me-109'. Miré a mi izquierda y allí había otro. Retrocedieron. Se cruzaron detrás de mí. Esa era la posición de derribo. Esperé la explosión. No pasó nada. En lugar de dispararme —continúa contando Cottrell—, los dos 'Me-109' se situaron a cada extremo de mi 'P-47' creando una formación cerrada. Me estaban dando escolta. Cuando estuvimos cerca de las líneas aliadas, los dos pilotos alemanes hicieron con los dedos el signo de 'OK', saludaron y regresaron a sus líneas».

Cottrell consiguió contactar con la radio de un aeródromo cercano que lo guió hasta allí. Justo cuando estaba a punto de tocar tierra, durante el aterrizaje, el motor colapsó y dejó de funcionar.

Cuando Cottrell bajó de su destrozado P-47, besó el suelo de la pista de aterrizaje y dio gracias a los pilotos enemigos que tan generosos habían sido con él.

Edwin Cottrell fue licenciado el 24 de junio de 1945. Regresó a su casa junto a su joven esposa, Millie Weed. Tuvieron dos hijas y su vida fue larga, tranquila y feliz.

Edwin Cottrell pronuncia una conferencia en la Universidad West Chester de Pensilvania, donde es catedrático emérito de Salud y Educación Física.

Edwin Cottrell durante una conferencia en la Universidad West Chester de PensilvaniaWest Chester University

En el año 2010, durante una de las reuniones de veteranos, Edwin contó por primera vez su experiencia con los dos pilotos alemanes, aquel lejano día de invierno durante la contraofensiva de las Ardenas. Durante la guerra se le había prohibido contar a nadie el suceso. Luego, sencillamente, quiso olvidar todo lo relacionado con la guerra. No tenía deseos de recordar las cosas que había visto. Aunque, si le preguntaban, no dudaba en responder: «Estoy orgulloso del pequeño papel que desempeñé. Y lo volvería a hacer, si me lo pidieran».

Edwin Cottrell falleció tranquilamente en su casa el pasado 28 de marzo de este año. Tenía 103 años.

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