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Javier García de Jalón

Javier García de JalónEl Debate

Javier García de Jalón (1949-2025)

Investigador y docente hasta el final

En 1977, obtuvo el título de doctor y, en los años 1980 y 1982, las cátedras de Matemática Aplicada y de Ingeniería Mecánica. Además, fue subdirector del Centro de Cálculo (CEIT)

Javier García de Jalón
Nació en Zaragoza, el 27 de mayo de 1949 y falleció en Madrid el 31 de enero de 2025

Javier García de Jalón de la Fuente

Catedrático de Matemática Aplicada

Catedrático de Matemática Aplicada y de Ingeniería Mecánica, desarrolló una amplia labor docente e investigadora en San Sebastián y en Madrid.

El pasado viernes 31 de enero, Javier García de Jalón ha fallecido en Madrid, a causa de la enfermedad de ELA que le diagnosticaron a finales de 2016. Había nacido en Zaragoza el 27 de mayo de 1949, hijo de un prestigioso fotógrafo de la ciudad, y era el segundo de cinco hermanos varones. Tras estudiar allí el bachillerato y el curso Preuniversitario, en el colegio de El Salvador de los jesuitas, se trasladó a San Sebastián, a la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Navarra, que estaba dando los primeros pasos. Al terminar los estudios universitarios, en 1971, fue uno de los accésits del Premio Nacional Fin de Carrera.

En 1977, obtuvo el título de doctor y, en los años 1980 y 1982, las cátedras de Matemática Aplicada y de Ingeniería Mecánica. Además, fue subdirector del Centro de Cálculo (Ceit), director del departamento de Ingeniería Mecánica Aplicada y subdirector de la citada escuela de San Sebastián. En el año 2000, se trasladó a Madrid, a la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica.

Fruto de su labor investigadora, con más de cien artículos en revistas científicas –algunos en colaboración–, la participación en numerosos congresos y la dirección de veinticinco tesis doctorales, en 2011, recibió los premios internacionales D'Alembert, de la American Society of Mechanical Engineers, y el IFToMMAward of Merit.

A la tarea investigadora, hay que sumar la docente. Javier tenía unas grandes dotes pedagógicas, le gustaba dar clases, sabía exigir a sus alumnos y plantearles retos ambiciosos, y siempre los atendía con enorme interés, dedicación y generosidad. Era una persona cercana, amable, divertida.

Pertenecía al Opus Dei desde su juventud y se puede afirmar que, a lo largo de su vida, ha vivido ejemplarmente el mensaje de san Josemaría Escrivá de Balaguer: santificar el trabajo, santificarse con el trabajo y santificar con el trabajo.

A finales de 2016, se le diagnosticó Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y se jubiló en 2017, porque ya no podía seguir dando clases. En 2019, recibió el reconocimiento, por parte de la Real Academia de Ingeniería, como Ingeniero Lauredo.

Javier afrontó la enfermedad como había vivido hasta entonces, con serenidad, abandono en Dios, amor a la cruz. No perdió las ganas de vivir y puso los medios para afrontar la situación, aunque sabía perfectamente lo que suponía aquel diagnóstico. Él mismo diseñó algunos de los instrumentos necesarios para su atención y ha hecho un gran bien con los mensajes que enviaba periódicamente a sus amigos y a muchos conocidos e incluso a otros pacientes de ELA, y con la atención a las numerosas visitas que ha recibido, de colegas suyos, de antiguos alumnos, etc. Lo alegraba especialmente la compañía de estudiantes jóvenes, que a menudo echaban una mano en su atención. Al avanzar la enfermedad, sus limitaciones aumentaron y necesitaba cada vez más ayuda de médicos, enfermeras, fisioterapeutas, cuidadores y de las personas de la Obra que hemos vivido con él. Su ejemplo ha sido admirable, pues agradecía hasta el menor detalle, no se quejaba y pedía perdón si consideraba que en algún momento había sido poco delicado. Su cuerpo ha sufrido un deterioro tremendo, pero Javier ha vivido con el alma joven hasta el final.

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