
Pedro Sánchez se abraza a Santos Cerdán tras ser investido presidente, en noviembre de 2023
Crónica política
La caída del número tres de Sánchez por corrupción hiere de muerte la legislatura
«Nunca debimos confiar en él», afirma el presidente al empujar al vacío a Cerdán medio año después de ratificarlo. Feijóo exige su dimisión. El Gobierno y el PSOE, en shock
Sánchez anuncia una auditoría de las cuentas del PSOE, pide perdón y descarta un adelanto electoral
El telón del teatro de las ilusiones en el que Pedro Sánchez, su Gobierno y su partido llevaban escenificando la misma función durante meses se desplomó este jueves con estrépito. Llegó el informe de la UCO que tan nerviosos había puesto a los socialistas y lo arrasó todo a su paso en el PSOE. Incluido, sobre todo, a un presidente que ayer intentó salir a Ferraz como salió el único superviviente del avión de Air India que se estrelló este jueves cuando sobrevolaba la ciudad de Ahmedabad: por su propio pie.
La comparecencia de Sánchez en el cuartel general del PSOE fue un intento en vano de sobrevivir al segundo secretario de Organización investigado por corrupto. Ábalos ya estaba defenestrado cuando estalló la operación Delorme, pero Cerdán seguía siendo hasta ayer mismo el número tres del partido, el hombre de cuya honestidad nadie en el PSOE decía negar. Sánchez tuvo oportunidad de relevarlo en el último Congreso Federal, en diciembre, y en lugar de eso lo ratificó. Ayer lo empujó al vacío con frialdad, sin presunción de inocencia y dando por hecho que todo lo que ha escrito la UCO sobre él es cierto.
«Nunca debimos confiar en él», señaló, tratando de extender una responsabilidad que es solo suya. Los mensajes de Cerdán hallados por los investigadores en el teléfono de Koldo García son un golpe letal para Sánchez, por más que el presidente se negara ayer a adelantar las elecciones. Primero, porque apuntan a que el navarro amañó las primarias de 2014 en favor de Sánchez, lo que supondría que el sanchismo nació viciado de origen. Segundo, porque la UCO documenta una conversación entre Koldo y el director general de Carreteras de la época de Ábalos que señala a una posible financiación irregular del partido y de cobrar un «impuesto».
Después de que Sánchez pidiera perdón desde Ferraz, todos los ministros socialistas hicieron lo propio en sus redes sociales, en un ejercicio sincronizado que sonó a todo menos sincero. Porque hasta hacía horas antes habían estado lanzando insidias sobre la UCO, los jueces y los «pseudomedios» que hablaban de un informe de cuya existencia algunos socialistas llegaron a dudar en público. Y, de pronto, los lamentos y los golpes de pecho. Incluso de Óscar Puente, que prometió que el partido estará a la altura.

Pedro Sánchez y Santos Cerdán en la Ejecutiva Federal del PSOE de 2023
«Ha llegado el momento de poner fin a la escapada», afirmó Alberto Núñez Feijóo en una comparecencia desde la sede nacional del PP, en la que exigió a Sánchez su dimisión. Como las cientos de personas que por la tarde se concentraron en Ferraz.
Aguantar, aguantar y aguantar. Ésa es la única máxima de Sánchez. Pero la presión no es solo máxima para él, también para sus socios. El presidente los está arrastrando a todos en su caída. Junts le pidió ayer mismo una reunión de urgencia. Y el presidente del PNV, Aitor Esteban, por primera vez no descartó una moción de censura.

El presidente, contra las cuerdas
Las diez frases con las que Sánchez ha intentado poner un cortafuegos a Santos Cerdán
Por miedo a lo que sabe Cerdán o por osadía, Sánchez se puso la soga al cuello cuando decidió ratificarlo como secretario de Organización. Ahora es tarde para aflojarla.