
Pierre Lemaitre posa para El Debate en el Hotel Villa Real de Madrid
Entrevista a Pierre Lemaitre
Pierre Lemaitre: «Yo leo a Pérez Galdós y me encanta»
El escritor francés recibe a El Debate para hablar sobre su trabajo y su nueva novela, 'Un futuro prometedor'
El ambiente estaba revuelto a las puertas del Congreso de los Diputados. Unos pocos pedían por las pensiones. Era miércoles pasado y los periodistas se agolpaban en la fachada del Hemiciclo; había sesión de control.
No obstante, dentro del Hotel Villa Real todo estaba mucho más calmado. Ahí se iba a hablar de libros. En concreto, de Un futuro prometedor (Salamandra), lo nuevo del escritor francés Pierre Lemaitre. Allí, en el hotel de la Plaza de las Cortes de Madrid, el autor recibe a El Debate.

Portada de 'Un futuro prometedor'
Un futuro prometedor es la tercera parte de la tetralogía Los años gloriosos, tras El ancho mundo y El silencio y la cólera. En su saga, Lemaitre cuenta la historia de la familia Pelletier y, de paso, buena parte de la historia del siglo XX
Esta vez, el escritor nos lleva principalmente a la Praga de los años 50 y 60. Él mismo define su novela como «atípica» y un homenaje a los libros de espías y a John le Carré. Lemaitre se sienta con El Debate para comentar su obra y su admiración por el escritor español Benito Pérez Galdós.
–¿Qué puede contarnos de su nueva novela 'Un futuro prometedor'?
–Es una novela un poco atípica en comparación con la obra que empezó con Nos vemos allá arriba, porque yo había decidido que esta tetralogía consagrada a los años 30 iba a ser un homenaje. El primer libro, El ancho mundo, era una novela de aventuras; el segundo, El silencio y la cólera, una novela social, que recordaba a Pérez Galdós; y este es un homenaje a John le Carré, al espionaje.
Cuando digo atípico me refiero a que es una novela de espionaje, pero en el fondo no es espionaje.
–Habla de que es un homenaje a las novelas de espionaje, pero no es una. ¿Qué puede esperar el lector fiel de Pierre Lemaitre de esta obra?
–Sé lo que es la novela, pero no sé lo que no es. La línea narrativa principal no está consagrada al espionaje. Por supuesto que hay espías, hay una historia de espionaje, pero eso no es el meollo del libro.
Y esto me da la oportunidad de decir algo sobre las categorías literarias. Mis orígenes literarios vienen de la novela negra, de la novela policiaca, y a menudo se me pregunta por qué abandoné la novela negra para hacer novela histórica.
Y, sin embargo, yo tengo la percepción de que hago el mismo trabajo. Es decir, escribo la novela histórica con los mismos instrumentos que utilizaba cuando hacía novela negra.

Pierre Lemaitre
–La obra se sitúa en parte en Praga, ¿cómo ha sido el proceso de reconstrucción de la República Checa comunista?
–Antes que nada, enfrenté un fracaso. Porque tenía la impresión de que la Praga que yo conocí, que había visitado como turista, iba a ser la Praga de mi novela. Pero fue un fracaso en el fondo porque yo la visité desde un punto de vista turístico, y era completamente diferente. Y yo que detesto viajar, que no me gustan los viajes, tuve que irme a Praga.
Entonces, mi principal enemigo no era comprender la ciudad, sino luchar contra los recuerdos que yo tenía de ella. Y para ser justo, no me gusta viajar, pero adoré la ciudad.
Y tuve la suerte de conocer a personas de edad, reunirme con ellas y que me contaran la Praga que reflejo en mi novela. Y fue fantástico, porque, según mi impresión, Praga en los años 60 era como Moscú.
Pero tuve la suerte entonces de que estas personas me contaran que, en ese momento, era una ciudad alegre. Y eran personas de 80 años. Y me contaban que los fines de semana, los viernes por la noche, los sábados por la noche, bailaban en las calles.
–A través de su saga Los años gloriosos ha ofrecido a sus lectores un retrato subjetivo y a la vez completo del siglo pasado. ¿Cómo ha visto su trabajo desde sus primeras obras hasta esta última?
–Voy a decir algo poco modesto. Entre el primer y el sexto libro que aparece aquí en España, creo que he progresado. Y a pesar de mi edad reconozco que sigo progresando y estoy satisfecho de ver que mis libros son mejores con respecto al primero.
Pero se trata de una evolución bastante natural, no es que de repente haya habido una revelación.
–Guerra, miedo a un ataque nuclear… Aunque su libro se sitúa a finales de los 50, suena actual. Según su punto de vista, ¿hemos avanzado algo?
–Desconfío mucho de comparar épocas que aparentemente tienen similitudes. O sea, desconfío de afirmar que la Francia actual se parece mucho a la Francia de los años 30. Porque los parámetros de comparación no son iguales.
Pero entre el pasado y el presente se identifican resonancias. Por ejemplo, el accidente nuclear que se narra en el libro. Francamente, mis conocimientos sobre un accidente nuclear tienen que ver con el de Three Mile Island, de Estados Unidos, y es algo reciente.
Me sorprende mucho que los primeros accidentes nucleares sean muy contemporáneos, con la aparición de lo nuclear.
Pero quiero demostrarle que no se puede comparar paso a paso una época pasada con la época actual. En aquel entonces, lo nuclear era la gran alternativa al petróleo, ahora mismo las energías fósiles son condenadas, aunque Trump tenga otra opinión. Pero estamos trabajando en las energías alternativas.
Entonces, el paisaje tiene similitudes, pero también grandes cambios.

Lemaitre conversa con El Debate
–Esta también es una época convulsa y el gobierno de Macron no ha estado exento de protestas y polémicas. ¿Cómo ve la situación en Francia en este sentido?
–Es una situación bastante dramática, porque el paisaje político va hacia la extrema derecha. Y empezamos a pensar en cosas que creíamos superadas. Hay asomos de gobiernos autoritarios en Italia, en Austria, en Holanda y tal vez en Francia. Y por eso hay que prestar mucha atención a lo que está sucediendo en Estados Unidos. Porque si los progresistas o los demócratas no oponen resistencia a esta situación, Trump se va a llevar consigo gran parte de la tendencia política mundial.
Y ahora me refiero a Macron. Podemos juzgar a un político viendo a aquel que va a sucederle. Vivimos con François Hollande un quinquenio de gran humillación, y esto nos llevó a Macron. El fracaso de Biden nos llevó a Trump. Y Macron nos está llevando a la extrema derecha.
Esta es una manera rudimentaria de analizar las cosas, pero cuando un líder político deja tras él a la extrema derecha quiere decir que no hizo bien su trabajo.
–¿Y en España?
–La veo con bastante modestia, porque no se logra comprender la realidad política de un país plenamente a través de novelas o de pasar días en un viaje profesional.
Pero admiro profundamente la resiliencia se recuperó del periodo franquista. Es un aliado de elección para nosotros, porque es un país que se reforzó democráticamente y que desempeña un papel importante en Europa.
–Aquí se ha comparado su obra con los Episodios nacionales de Galdós. ¿Está de acuerdo?
–Es una historia loca. Yo leo a Pérez Galdós y me encanta. Mi obra preferida de Galdós son las Novelas de Torquemada, es algo que me enloquece, y luego Fortunata y Jacinta.
Y entonces veo a Javier Cercas que escribe un artículo criticando a Pérez Galdós. Entonces pienso que a lo mejor tengo que revisar mi opinión. Y entonces Muñoz Molina hace un artículo diciendo que Galdós es bueno, y yo cambio de opinión. Pero si hay otro escritor famoso que escriba al respecto, yo cambio de opinión.
En Sant Jordi hablé con Cercas sobre este tema y le comenté mi cambio de opinión. Y entonces me preguntó qué opinaba. Y respondí como lo hacen típicamente los franceses, dije que no había mucha obra traducida de Galdós y no tengo una muestra de libros suficientemente grande como para poder opinar. Un hombre se juzga también por su manera laxa.