
Ilustración de madrigueras en el fondo del océano
Sociedad
El animal marino que podría ser clave para el tratamiento del cáncer
Un equipo de científicos descubren en un ser marino un compuesto que permitiría abrir nuevas vías para los tratamientos oncológicos
El mar y los seres que habitan en él atesoran miles de secretos. Un estudio publicado en Glycpbiology, liderado por la Universidad de Mississippi ha anunciado que los pepinos de mar, un discreto invertebrado, fácilmente confundible con una roca hasta que se le toca y lanza sus intestinos o un chorro de hilos pegajosos a modo de defensa, podría ocultar un secreto inesperado para el tratamiento contra el cáncer.
Estos animales tienen presente un compuesto azucarado que es capaz de bloquear la acción de una enzima, Sulf-2, una expresión que se ha relacionado con diversos tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de pulmón, de mama, de páncreas y el carcinoma hepatocelular. «Este tipo de compuestos son únicos, no suelen verse en otros organismos. Por eso merece la pena investigarlos», recalca Marwa Farrag, doctoranda del Departamento de Ciencias Biomoleculares de la Universidad de Mississippi y autora de la investigación.
Las células cancerosas alteran la expresión de ciertas enzimas, entre ellas Sulf-2, modificando así estos glicanos y facilitando la propagación del cáncer. Si logramos inhibir esa enzima, teóricamente, estamos luchando contra la expansión del cáncer”.
El equipo exploró, en el laboratorio, el potencial de la fucosilada de condroitina sulfato (procedente del pepino de mar), un compuesto capaz de bloquear de forma efectiva la actividad de Sulf-2. La naturaleza marina del compuesto también puede facilitar su obtención y, sobre todo, su seguridad de uso. En contraste con otros fármacos, la dificultad y lo caro de sintetizarlos químicamente supone que todavía se extraigan de los cerdos.
En cambio, la obtención de medicamentos a través de estos animales marinos no conlleva un riesgo de contagio de virus y de agentes nocivos, explicó Vitor Pomin, profesor asociado de farmacognosia (la ciencia que se ocupa del estudio de las drogas y los principios activos de origen natural): «Es un recurso más beneficioso y limpio», añadió, explicando que «el ecosistema marino tiene muchas ventajas si se compara con las fuentes tradicionales».
El principal problema es que este tipo de seres no son los suficiente abundantes para garantizar la producción masiva del fármaco. «Necesitamos una ruta química y, cuando la tengamos, podremos iniciar los ensayos en modelos animales», admiten Pomin.